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10/4/18

Chatbot que aprende

Un chatbot puede aprender de sus conversaciones.

Imagen vía Zapiens
Esto que puede parecer surrealista, ya lo está consiguiendo en Zapiens. Incluso, han puesto el nombre de Zap a su inteligencia artificial.

Lo más curioso es que todo el proceso se basa en las conversaciones. Teniendo en cuenta la cantidad de conversaciones que mantenemos todos los días por la red, ¿por qué el ser humano no podía haber hecho eso mismo directamente sin tanta complicación?

Posiblemente haya sido por esa extraña manía que tiene a tener razón la que le impide hacer un estudio más equilibrado de todas las aportaciones que se dan en una conversación.

Sin embargo, una máquina no suele caer en esa trampa mental. Solo tiene que analizar continuamente quiénes hacen más preguntas, quiénes dan más respuestas, qué valor se dan a esas respuestas y si dichas respuesta acabaron solucionando algún problema.

Hasta aquí nada que suene raro. Lo que tal vez suene más raro es que toda organización cuenta con una inteligencia colectiva que no suele salir a la luz por problemas de jerarquía. Ningún director general va admitir que sabe menos que el último empleado sobre el trabajo de dicho empleado; siempre tiene que quedar por encima.

Tampoco se suele admitir que una sucursal encuentre una mejor solución para un problema que la propia central. El resultado es un continuo desperdicio de energía que va directamente a la papelera.

Pero el mercado es tozudo. Las empresas y organizaciones que mejor rentabilicen la inteligencia colectiva que generan, serán las que acaben controlando su sector; lobbies aparte.

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